De las armas de guerra a las armas culinarias
Sammy Hurtado, exmillitar que luchó contra el terrorismo ahora combate paladores en Miami Beach
La selva amazónica sólo se parece a Miami por su arduo calor. Sammy Hurtado sabe que ambos son mundos distintos, especialmente luego de haber luchado contra la subversión terrorista allá durante su paso por la vida militar en Perú.
Ya hace bastante tiempo que eso ocurrió, pero entre las variadas lecciones que recibió en el ejército, puede contar el inmenso agradecimiento por un rico plato de comida en la mesa. “Uno lo comienza a valorar luego de varios días de arduo trabajo y teniendo apenas papas en la olla para comer”. El gobierno no invertía mucho en la manutención de nuestros soldados y Sammy, como oficial de su tropa, estaba encargado del ritual de la distribución. Años más tarde, en Miami Beach, empezaría un restaurante peruano.
La vida militar y el restaurante; curiosa analogía. Pero para Sammy es fácil relacionarlos. En ambos casos percibe una vocación de servicio a los demás y de nostalgia a su tierra. El nombre del lugar, ‘Soy del Perú’, nació de un vals criollo que recita amor patriótico: “Soy del Perú, Señor; la tierra donde puso Dios las cosas más hermosas”, dice la letra.
“Aquí queremos que la gente se sienta como en su casa. Lo pensé como un restaurante de vecindario, como esos en Lima en que vas con la familia o incluso solo y te sientes cómodo. Todos mis clientes me conocen y con los nuevos establecemos buenas amistades”. El boom gastronómico peruano en Miami ha derivado en la comida gourmet, la fusión, y en su elevación de precios. Lo que Sammy ofrece es comida peruana tradicional y a precios accesibles. “Al iniciar este restaurante pensaba en todas las personas que salen del trabajo y quieren comer un rico ceviche o unos anticuchos caseros sin sacrificar su presupuesto”.
‘Soy del Perú’ ofrece en los días de semana un buffet (all-you-can-eat). “Yo sé que no todos salen temprano del trabajo, así que el buffet lo ofrecemos hasta las 5 de la tarde”. Mientras Sammy me contaba esto, pasaba uno de los clientes, lo saludaba y le daba un abrazo. Minutos más tarde Ana, hacendosa cocinera piurana, me preguntaba con preocupación por mis anticuchos.
“El diseño del restaurante también fue mío. Deseaba que sea viera lo más acogedor posible, nada pomposo. No deseo espantar a nadie y más bien busco que todos vengan a disfrutar de nuestros platos”. El proyecto ya lleva seis meses. Con no poca frecuencia, Sammy recuerda sus épocas en el ejército. La lucha ahora es distinta, pero su amor al Perú no cambia. En esta nueva faceta también lo veremos proclamando con orgullo y alegría: ‘Soy del Perú’.
Este artículo se publicó originalmente en El Peruanísimo en Febrero de 2012, Miami FL.